» Juanito's Corner «: Nostalgia

viernes, 26 de octubre de 2007

Nostalgia

Después de pasar un día de furia ayer, cuando apoyé la cabeza en la almohada me vino el bajón. No sé si me estaré poniendo viejo, melancólico o retro (lazo) pero por alguna razón se me vinieron a la mente todas las imágenes de mi pubertad/adolescencia, allá por los no tan lejanos noventas. Pequeñas cosas que se fueron ocurriendo y que ahora quiero compartir con Uds. Perdón si está desordenado el texto, voy a ir escribiendo como me vaya saliendo, en fin, hay veces que abro un poco la ventanita de mi corazón (como el grupo Sombras).

La primera imagen que se me vino empieza en Carlos Paz, en verano de 1990, en City Game, jugando a los videos juegos, viendo unos monigotes de color amarillo, con ojos saltones, un chico de pirinchos golpeando malos con una patineta. Quedé fascinado con esa imagen, esos colores, quiénes eran, de dónde habían salido, eran un rumor, pero ahí estaban, tratando de salvar a su hermanita que se había tragado un diamante. ¡Qué épocas aquellas! Prácticamente sin obligaciones, jugar, jugar y volver a jugar y toda una vida por delante. Juntarse en la plaza a andar en bici, ver quién podía hacer el willy más largo, la coliadita más furiosa o ir más rápido por la bajada. Las primeras escapadas a escondidas al centro para ir a Sacoa. Las Tortugas Ninjas, ¿Que quién sos? ¿Donatello? Yo soy Miguel Ángel, que no me importa que ya lo hayas cantado, los dos somos Miguel Ángel. Esperar a la noche para poder ir a comer un helado a Dolce Neve. Ahorrarse el Tatín de la merienda en el colegio e ir a jugar al Mortal Kombat o Street Fighter, -¿Cómo se hace esa Fatality? ¿Y el shoruyken? Hacé varias veces para adelante y para abajo y apretá puño- alguno contestaba. El séptimo grado, sentirse invencible, tan enorme que no entrabas en el guardapolvo, ya la sabías a todas, no había nadie más grande que vos, eras el rey. Mientras te quedabas despierto para ver los bloopers de VideoMatch a las 12 de la noche, o para grabar algún tema en la radio de la Zimbawe, Queen o "Con una rubia en el avión". Esperar que se hicieran las 6 de la tarde para poner Canal 8 y ver Jugate Conmigo, a Hernán, Felicitas, Romina, Eric, Micaela y toda la pandilla. Ver si llegaban a sortear esos obstáculos, dignos de un entrenamiento militar, y llevarse la moto o ver los 3 minutos del capítulo de Life College, tomando la leche una Caramacoca verde flúo. Y la semana era cada vez mejor y mejor, los lunes Los Simpsons o La Banda del Golden Rocket, los martes Amigos son los Amigos (“qué aceituna”, “hola pendex”, “es una lucha”), los miércoles Mi Cuñado, los jueves Grande Pá y los viernes, para rematar, Brigada Cola. Y si te quedaban ganas en verano venía La Pachanga, todos los días desde 10 de la noche a 3 de la mañana, dos horas palmeando con las manos levantadas. Mientras veías el mundial de Italia, “notti magiche, inseguendo un goal, sotto il celo, di un state italiana”, el Diego apilando a medio equipo y Caniggia cabeceando el gol a Italia con el último pelo y el Goyco corriendo hacia su equipo con cara de chico que acaba de ver a Papá Noel.

Y llegaste al secundario, nuevos amigos, nuevos retos, 10 materias, 10 profesores. Que ahora hay que usar saco y corbata, formarse, comprar 20 mil libros distintos, guías interminables, resumir. Que te dicen señor y sólo tenés 14 años. “Pase al frente Sr……….. Sánchez….”. Estás de repente en un mundo que tanto querías entrar y ahora no sabés cómo salir. Las presiones, los estudios, las lecciones, pero siempre encontrás una manera zafar con tus nuevos amigos -Que pasame la 2, que dame el gráfico de la 3, ¿Hiciste la tarea? Pedísela a Yunes, seguro la tiene – Buscabas nuevas formas de superarte con los machetes, que si te lo escribías en la mano era muy obvio, en el banco muy peligroso, en la goma muy poco espacio, má’ sí, si total sabías algo y lo que no seguro que te lo dictaban. Plagiando enciclopedias enteras por no resumir un trabajo práctico. Y así fueron pasando años maravillosos, de juegos, deportes hasta hartarse, jugar al fútbol 5 dos horas seguidas y después ir a Molino con 12 pesos para la entrada y 6 para la ida y vuelta de las traffics. Entrar a las 3 de la mañana y salir a las 8. ¿Que está de moda Bateau? Allá vamos. Y sin darte cuenta te vas haciendo cada vez más amigo de esas personas que hacía 2 años no sabías quiénes eran. Y te juntás para ir Carlos Paz el día de la Primavera, caminás kilómetros para llegar una plaza polvorienta llena de gente que no conocés, pero te sentís parte de algo, que tenías que estar ahí por alguna razón. Y llegaba también la primera borrachera, de no saber qué hiciste la noche anterior y que te lo cuenten. Reírse por todo lo que te dijeron que hiciste y te hicieron hacer.

Y que te empezaban a gustar las minas. Estaban todas buenas, ¡Ah, pero esa te gustaba más que las otras! Sí, la mirabas toda la noche, -Ya me voy a animar, uy, ahora, no ahora no, la sacó a bailar el rugbier ese, bueno aho… no ahora se fue al baño, bueno, cuando vuelva.... ¿Y si me dice que no? ¡Oh están poniendo Barbie Girl! Bueno otro día será- Y llegaban los lentos, apagaban las luces, las bolitas de espejos giraban y vos te quedabas mirando cómo el resto bailaba “I don’t wanna miss a thing” de Aerosmith, sí, ella también, con el mismo rugbier, que no podía girar el cuelo más de 10 grados por la hipertrofia. Y encogías los hombros, mirabas a tus amigos y siempre estaban ahí, para seguir riéndote de todo lo que pasaba tu alrededor.

Y terminaste el secundario, con la cena de egresados, con la música de Fito Páez y “uuuhhh, recuerdos que no voy a borrar, personas que no voy a olvidar” y “un amigo es uuuuuna luz, brillando en la oscuridad…” para rematar, y tenías que decidir qué estudiar, qué ser por el resto de tu vida. Qué esto no me gusta, que aquello es muy difícil, pero con lo otro me cago de hambre. Pero te decidiste y a otro mundo, al mundo universitario. Donde conociste todos los estereotipos habidos y por haber: la minita hippie con trapos en vez de ropa; el estudiante crónico que con 35 años estaba haciendo el cursillo todavía; el barbudo del despacho de alumnos que lo único que hacía era mirar un monitor con letras verdes del año '50 y afiches para Franja Morada; la aplicada que tomaba apuntes hasta cuando estaba callado el profesor; el banana que creía que todavía estaba en el secundario; el que vivía en la facultad pero que nunca aprobaba nada; estabas en un verdadero zoológico con todas especies. Y pasaste de ser “Sr. Sánchez” a “Mat 99-01041-0”. Sólo eras un número. Y te empezabas frustar porque cada error era penalizado con el máximo rigor, “No, no, la escala se pone del lado izquierdo y Ud la puso del lado derecho, tiene que rehacerlo”. Y pasaba alguien con 20 kilos de fotocopias ¡Y vos todavía no sabías que había fotocopiadora en la facultad! Y el tiempo pasaba y te preguntabas: “¿Esto es lo que quiero hacer por resto de mi vida?”, ¿Y si abandono? ¿Qué puede pasar? Cómo se los digo a mis viejos?”. Y el tiempo pasaba y llegaba el año dos mil, atrás quedaba el Mundial de Francia, Ricky Martin con su “Copa de la vida” o la Palermo Manía. Ya se venía el nuevo milenio y vos ibas a ser parte de él. Todo lo que venía iba a ser cien veces mejor que lo anterior, ¿Y por qué no? Si todo había sido tan bueno y tus amigos estaban ahí para seguir cagándose de risa de lo que nos pasaba.

Saludos a todos.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Primer corrección... no era New York City... sino que era City Game
Juli!

Anónimo dijo...

Me sacaste un lagrimon... mis aplausos
Juli!