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lunes, 3 de marzo de 2008

Sábado a la noche, otra vez

Hace centurias que no escribo sobre un fin de semana, también hace siglos que no hago nada que amerite ser relatado. Esta vez no fue la excepción pero al menos lo quiero contar: el viernes a la noche, con el ánimo derrotado y más frustrado que hincha de Talleres un sábado por la tarde, me junté con Darío “Superconductor” D’A. y Pablo “Cric-Cric” A. a tratar de salvar una reunión inevitablemente perdida. Fuimos a tomar algo… Un helado a la plaza del Buen Pastor mientras veíamos lamida a lamida (sí, no suena bien pero recuerden que estábamos comiendo helado) pasar la nueva generación digital hasta que, creyendo que no podríamos estar más abajo en la escala social, pasó un activista de Green Peace disfrazado de una lámpara de bajo consumo secundado por una tropa vestida de negro con carteles. No sé, a mí eso me parece más patético, decir “¿El viernes a la noche? ¿Qué hice? ¡Ah, sí! Me vestí de foquito y salí a dar una vuelta por Nueva Córdoba”. Cuando se terminó el cucurucho y después de idear el gran robo del siglo de monedas a la fuente de la plaza, volvimos.

Llegó el sábado a la noche, y como decía Whigfield: “Saturday night, I feel the air is getting hot…”, la noche se empezó a calentar, bah, ni tanto (aunque me enteré que voy a tener un sobrino, próximamente a llamarse Matías Ignacio Sánchez, alias “Matute”, si no termina jugando al rugby es porque juega al polo…). Así que The F*cking Tripod (si uno cae, el resto también: Darío “Totolicius” D’A, Pablo “Comodín “ Y. y su servidor) salió a pelear una batalla más en esta guerra perdida no santa. Encaramos primero hacia Nueva Córdoba, pero decidimos ir a Living 4 a rememorar viejas épocas de discriminación (femenina y de los guardias). Para sorpresa nuestra entramos a los dos segundos de estar en la puerta cuando sólo se pasaba por lista. Luego, la entrada salió 5 pesos menos de lo planeado y finalmente, dentro del boliche, había más plástico que FerniPlast y Michelin juntos (gracias Thomas Cronin y Frank Gerow). Después de nadar visualmente en un mar siliconado y rememorar viejas épocas de fotografía grupal, emprendimos el viaje a casa.

Bueno, ya saben qué hacer con la imagen:




PD. Quiero pedir públicamente perdón por los videos publicados en el post anterior. Nunca creí (creímos) que pudieran realmente perjudicar a nadie o malinterpretarse. Sólo fue una charla entre amigos, hablando al pedo, de pelotudeces y en joda.

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